30 de enero de 2013

La Tortilla Rellena de Algo




      ¡Uy! Pero que rico ver la cascada de salsa y la grasita escurriendo por un extremo de la tortilla y mojando el papel que cubre los platos de plástico. Ese sabor intenso que perfuma la boca con un atascado aroma que se impregna hasta en los dedos de la mano que sostiene el taco. “¡Se me hace agua la boca!”, gritan los ojos de quienes están a la espera de sus seis con todo, mientras soportan la impaciencia de su estómago y su paladar.

En un mercado, una plaza, debajo de un puente, frente a su escuela, su trabajo y su casa; en los desayunos, las comidas y las cenas… ¡Siempre hay tacos! Envueltos, enrollados o doblados,  invariablemente abriendo el apetito. Pero… ¿Qué es un taco? (el título se lo dirá) ¿De dónde viene? ¿Cómo se prepara (de qué lado de la tortilla)? ¿Cómo se come?...

¡A falta de pan, tortillas! ¡Cómo no! Así empezó todo. Desde la época prehispánica se instituyó la tradición de comer los alimentos acompañados de maíz aplastado. Después, el seductor (no por galán sino por conquistador) Hernán Cortes, se embobó con un banquete triunfal que le fue ofrecido en la Villa de Coyoacán, conformado por “carnitas en taco con tortillas clientes”[1].

Y así, a lo largo de la engorrosa historia de nuestra nación, el taco ha acompañado a indígenas, mestizos y… otros, aumentando su gama de variaciones, hasta ser galardonado como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en el 2010 junto con toda la gastronomía mexicana.

Ahora bien, los tacos son autores de dos diferentes tipos de acciones: la preparación y la ingesta. La primera de estas varia de acuerdo al relleno (algo), que a su vez varia de acuerdo al suelo que se pisa y que se elabora de acuerdo a la receta que se hereda; pero que termina incuestionablemente en lo mismo, colocando ese algo sobre una tortilla.

La ingesta. ¿Cómo se debe de comer un taco? ¡De que hay una forma la hay! Con la mano, claro esta. Nunca he visto a alguien cometiendo la barbaridad de comer un taco con cubiertos en mano. Maris Bustamante –nombre de la mujer que lo dejará anonadado en los siguientes párrafos– dijo alguna vez que el taco “no requiere de cubiertos; él mismo es un cubierto, alimento, y vehículo cultural”.

“¡Pero tampoco con toda la mano güerito!”. Es curiosos observar a los extranjeros tomando el taco con las dos manos y provocando, así, una serie de catástrofes que los mexicanos bien sabemos evitar:

1)                Lo primerito que se debe hacer es asegurarse de que su taco venga con copia, es decir, con doble tortilla pa´que no se rompa. Sí, parece que los mexicanos somos unos atascados y luego hay algunos que andamos quitando la copia que disque para no engordar, pero todo en esta vida tiene una razón de ser, si no es no más porque sí.

2)                 ¿Cómo comer?:

· La actuación de los dedos es primordial. Debe usar  el pulgar , el índice y el dedo medio como pinzas para así levantar el taco, alrededor de 10 cm, calculo. Recuerde, además, siempre mantener en meñique levantado y estirado para mantener el estilo.
· Posteriormente tiene usted que inclinar el torso hacia la mesa –o en caso de que este comiendo parado, inclinar el cuello hacia el plato– y girar la cabeza en dirección al alimento para dar el bocado. Este proceso también posee una razón, es para no mancharse.
· Debe siempre recordar que jamás hay que dar angulación al taco. Este debe permanecer siempre de manera horizontal, o de lo contrario se le saldrá del huacal.

3)                Con salsa. Sí, los tacos siempre deben de llevar salsa, si no, la catástrofe radicará en que el sabor no será el mismo. Es parte de la acción de ingesta del taco el sentir ese ardor intenso en la lengua que automáticamente provoca que los comensales succionen aire mientras miran impactados a la persona de enfrente y exclaman: “¡Ay cabrón, sí está wena la salsa!”.

4)                Y para quitarse el picor y aliviar el empachamiento con un buen eructo final, no debe de faltar el chesco que, además, nos ayuda a pasar el bocado con más facilidad.

Y es que, si lo piensa bien, la ingesta de tacos provoca en todos una serie de expresiones muy características y únicas de ese momento. La próxima vez que coma tacos observe con detenimiento, estoy segura, entenderá de que hablo. No se me ocurre algún otro platillo que provoque dicho fenómeno físico en que se ven implicados la postura, un movimiento corporal característico, expresiones faciales específicas y  ruidos  tan particulares. ¡Es todo un símbolo de identidad!

Ahora bien, antes de terminar, me gustaría comentar que el taco alrededor del mundo es comúnmente relacionado con el burrito Tex-Mex  y ha sido deformado y utilizado por cadenas de comida extranjeras como producto de comida rápida. Es por ello que Maris Bustamante, en 1979 decidió hacer un Homenaje de Reconocimiento al Taco:

“Como ya era conocido que en EU había surgido en 1946 la empresa de Taco Bell en Irvine, California, decidí que con este Homenaje a través de su patente, podríamos defender al taco de una completa expropiación así como de la distorsión de su carácter emblemático original. Así que uno de los objetivos de la Patente del Taco fue defender su carácter simbólico en México, como un objeto cultural histórico que  conectaba y conecta todavía dos épocas, la precuauhtémica con la actual a través de 500 años”[2].

Así es, el taco no es suyo ni mío… ni de “la dama del performance”[3], es de guisado, de suadero, de carnitas (que comprenden todas las partes del cuerpo del puerco), de barbacoa, de guisado, de pastor (adaptación mexicana de los gyros del Medio Oriente), de chuleta, etc. Y está hecho para ser degustado por todos: clase baja, media y alta. ¡A que no puede echarse sólo uno!

Y ahora, abajo dejo una compilación de canciones del taco:




*Para mayor información, le recomiendo consultar el trabajo de Débora Holtz y a Juan Carlos Mena, La tacopedia: Enciclopedia del taco” (Trilce, 2012)



Fuentes de Consulta:

-  http://sic.conaculta.gob.mx/ficha.php?table=gastronomia&table_id=94

- Jeffery Pilcher, “Aburguesamiento del taco “¡tacos, joven! Cosmopolitismo Proletario y la Cocina Nacional Mexicana”: http://www.dimensionantropologica.inah.gob.mx/pdf/dian_37_03.pdf



[1] Salvador Novo, Cocina Mexicana o Historia Gastronómica de la Ciudad de México, 1967

[2] Artes e Historia México: http://www.arts-history.mx/blogs/index.php?option=com_idoblog&task=viewpost&id=777&Itemid=57
[3] performancelogía.blogspot