23 de junio de 2011

Tierra Colorada


¡Ahí te va!


   Sobre el piso, una sombra camina a lo largo de las horas más soleadas del día que transcurre tranquilo en la ciudad de Zacatecas, Zacatecas; es el famoso teleférico rojo que viaja incontables vueltas desde el cerro de La Bufa (vejiga de cerdo) rumbo al cerro El Grillo. Ambos montículos, tierras insignes y fieles testigos de trascendentales sucesos acontecidos durante la época colonial.

    Un poco rebuscada es la descripción anterior, tal como lo es la fachada de la catedral- basílica- de la ciudad capital, en donde las palomas hallan su camino entre las redes que protegen la naranja cantera que la sostiene. A un costado, el Palacio Municipal, y “a un callejón” sobre la Av. Hidalgo, el Teatro Calderón. Zacatecas, una hermosa ciudad, hoy Patrimonio Cultural de la Humanidad.

    Travesía es la palabra correcta para describir al camino que lo guía a uno  rumbo a tierra colorada, tierra en donde abunda el zacate.  Para arribar a dicho estado de la República Mexicana- desde “la Ciudad de la Esperanza”-, necesario es cruzar el Estado de México, Hidalgo, Querétaro, Guanajuato y San Luis Potosí. Una ruta con paisajes, a mi gusto medianamente agradables.

Zacatecas, vista desde el cerro "La Bufa".
Autor Paloma Oseguera.
 
    Primero, sobre la carretera 57, las enormes bestias de doble semi-remolque hacen tambalear a los pequeños híbridos a su paso. A un costado, extensos kilómetros de construcción vial y habitacional se emparejan con el gris del cielo nublado. Posteriormente, las ciudades industriales ganan terreno en el paisaje hasta verse desplazadas por un blanco desierto que pareciera no tener fin. Es hasta que la tierra se pinta de rojo, cuando principia Zacatecas, estado dueño de dos de los cuarenta Pueblos Mágicos que existen en México.

    Y altercados con la “ley vial” no se salva uno de tener en dicho trayecto. El policía, mañoso, gusta de suscitar pánico en los conductores, pero si resulta ser mal cultivador, el chofer del automóvil sale “ganon” y se retira a su destino con las manos limpias y los bolsillos aún habitados por Sor Juana, Don Benito, Nezahualcóyotl, el “Padre de la Patria” y la pareja de artistas Diego y Frida.

Banda Zacatecana. Autor Paloma Oseguera. 
    Pero uno se da cuenta que la pena vale pasarla, cuando se degusta el famoso Asado de Boda, cuando el color melón de la ciudad colorea nuestras fotografías, cuando nuestros pies y nuestras rodillas trabajan en conjunto para prevenir que nos resbalemos en sus empinados callejones; y cuando los coches marchan detrás de la precesión que arrastra La Callejoneada, la que musicaliza la ciudad con los tambores y las trompetas de la banda que hace bailar al ritmo de la Marcha Zcatecana a los andantes ya pasados de jarritos mezcaleros.

    Zacatecas, una de las pocas ciudades en México - si no es que la única- que carece de kiosco en su parque central, es orgullosamente poseedora de múltiples museos que sacan a relucir la excepcional cultura que brota por las paredes de cada rincón de sus calles y a cada metro que ocupa el estado que conecta a la Ciudad de México con el norte del país. Entre ellos, el Museo Manuel Felguérez, antes cárcel; el Museo Rafael Coronel que guarda una extensa colección de mascaras de todos los estados de “el ombligo de la luna”; el Museo Pedro Coronel que alberga obras del artista plástico que le da nombre; y el Museo Zacatecano el cual presenta estéticamente a la cultura huichol.

    Rodeado de un paisaje semi- desértico, Zacatecas adquirió la condición de estado en 1823, haciéndose famoso por su principal actividad comercial, la minería, con la ciudad de Fresnillo como la capital de la plata. Claro que ahora, al verse víctima del cambio, los pobladores “viven de las remesas y del turismo porque las minas ya no dan mucho”.

Zacatecas, Zacatecas. Autor Paloma Oseguera.
    Al año 2000, 65 631 habitantes de Zacatecas salieron de esta entidad para vivir el “Sueño Americano”, esto significa 48 de cada 1 000 personas, cuando el promedio nacional de migración es de 16 de cada 1000, según el INEGI; dejando así, a por lo menos 9 municipios zacatecanos sin hombres, según un estudio realizado por la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ).
 
    Casa de Ramón López Velarde (poeta de la patria) y custodio de extensas zonas arqueológicas, hoy estas tierras también son víctimas de la sangre que la “Guerra contra el Narcotráfico” a salpicado por el país; sufriendo de balaceras y narco bloqueos en las principales carreteras.  Pero dichos acontecimientos, no deben privar al mexicano de visitar esta zona del territorio nacional que se caracteriza por la amabilidad de su gente. 

Zacatecas espera ser descubierto.


Sitio arqueológico La Quemada, Zacatecas. Autor Paloma Oseguera.
Mujer huichol, Zacatecas. Autor Paloma Oseguera.
Municipio de Jerez, Pueblo Mágico, Zacatecas.
Autor Paloma Oseguera. 

    

13 de junio de 2011

¿Puta?

¡Ahí te va!


   Por la tarde del segundo domingo del mes de junio, mi abuela, mientras avanzábamos por Av. Insurgentes a bordo de su automóvil, me dijo: “deberíamos hacer una marcha para protestar por todas las marchas que hay” ¿Y cuál es el por qué de aquel comentario?...

  Los políticos mexicanos, ya sean alcaldes, gobernadores, legisladores, diputados, senadores y hasta presidentes; gustan de hacer comentarios descaminados. Allá por 1995, Cesar Coll, alcalde de Guadalajara, prohibió el uso de las famosas minifaldas y las blusas transparentes.  Y posteriormente, Evelio Plata Insunza, presidente municipal de Novolato en Sinaloa, propuso la prohibición de las minifaldas para evitar embarazos prematuros en las jóvenes.


Mujer protestando desnuda en la Marcha de las Putas.
Autor Paloma Oseguera. 
  Así es, el tradicional conservadurismo mexicano embiste sin piedad. Y claro que sí, no podemos olvidar la declaración una vez hecha por el arzobispo de Santo Domingo, Nicolás de Jesús López Rodríguez, quién aseveró que la mujer, con escotes pronunciados y minifaldas “está provocando al hombre”.

   Ante dichos dichos pronunciados por las antes mencionadas personalidades de la política y de los altos mandos del la iglesia católica, las mujeres mexicanas se organizaron para alzar la voz y pronunciarse en contra.

  Retomando la idea que surgió en Canadá el pasado mes de abril, Minerva Valenzuela, actriz mexicana de cabaret, convocó a gritar contra el acoso a las mujeres por medio de una marcha bautizada como “La Marcha de las Putas”.  Una protesta más que ha invadido las calles de la ciudad en los últimos meses; y es que hay quienes, como mi abuela, opinan que dichos movimientos “únicamente generan tráfico”, por no decir más.

   ¿Y cuales fueron los fundamentos ideológicos de está marcha? En la red social Facebook, se lanzó una invitación con la siguiente información: Marchemos este 12 de Junio para reafirmar que ninguna etiqueta es excusa para la violencia y el abuso, que se deje de culpabilizar a las víctimas de abuso sexual por su apariencia, actitud, relaciones, etc. NO significa NO”.

  Y eso fue lo que hicieron…algunos, claro. Había muchas mujeres, sí; todas protestando enfurecidas y reclamando ante la violencia sexual, física y oral de la cual muchas veces somos víctimas. Pero también había hombres, y un monto sumamente cuantioso. Algunos de ellos marchaban apoyando con la frase “Un verdadero hombre respeta a las mujeres”; y otros, mejor conocidos como transexuales, esporádicamente transformaron las marcha en un desfile que entretuvo a los curiosos que paseaban por Reforma.


  Pancartas con ingeniosas leyendas se alzaban bailando al ritmo del rugido “Alerta que camina la Marcha de las Putas por América Latina”. Intensos colores se vislumbraban en las pupilas de todos las asistentes, incluidos policías e integrantes de los medios de comunicación. Como siempre, la creatividad sarcástica característica del mexicano mostró disfraces, muñecos e individuos en zancos. Dicha procesión se acompañó por un ambiente musical que para la mayoría denotó juego y diversión, restando seriedad.

  Y es que en las marchas siempre sucede algo similar ¿Cuántos de los asistentes no son acarreados? ¿Cuántos acuden porque en verdad comulgan con el objetivo del levantamiento? En la pasada Marcha por la Paz también se repitió el fenómeno. La gente se une, pero modifica el propósito de la marcha al insertar en ella sus propias ideologías. Inclusive toman ventaja y las utilizan para hacer propaganda; esta vez, tal fue el caso de Vicky Form, que alzó pancartas con el logo de su empresa.

  Este domingo las mujeres se apropiaron del término “puta” con la intención de eliminar la connotación negativa de la palabra.  “Quiero ponerme bonita para ir a pasear” gritaban algunas. Así mismo, madres y padres de familia aprovecharon para exigir justicia por la violación y el asesinato de sus hijas.

  ¿Qué logró o logrará la marcha? Para algunos fue show y para otros fue una acción trascendental. Como siempre, las preguntas surgen: ¿Es la mujer culpable de provocar al hombre?  Y restándole objetividad al texto,  yo por mi parte, entiendo el reclamo; pero también me cuestiono: se que hay prendas que si uso, me van a mirar… ¿entonces por qué las uso si no me agrada ser vista? Y ojo, no estoy diciendo que usarlas te haga una “puta”.

Puedes exigirle respeto al hombre, pero mejor exígele educación al gobierno.

Los invito a reflexionar.

Marcha de las Putas sobre Reforma. Autor Paloma Oseguera. 

Mujeres protestando en La Marcha de las Putas. Autor Paloma Oseguera. 


Hombre transexual en la Marcha de las Putas.
Autor Paloma Oseguera. 
Marcha de las Putas sobre Reforma.
Autor Paloma Oseguera.