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¡Ahí te va!
Cada día azotamos la puerta de nuestros hogares empujados por las prisas dueñas de la vida capitalina. Al salir, el smog, el tráfico y una exuberante cantidad de individuos que, como nosotros, van y vienen en sus automóviles- aún no terminados de pagar- por todo lo largo y ancho de la ciudad. Todos, o la mayoría, pertenecientes a la clase media: media alta, media media y media baja o B y C para la mercadotecnia y la publicidad.
Dicha clase social en México es muy vasta, y no me refiero a cantidad de integrantes –aunque para nosotros “somos un chingo, casi todo el país” como dirían muchos- sino a cultura; y no a la cultura de los cultos, los sabiondos, preparados, educados y adinerados (perdón que especifique pero me puede estar leyendo un clasemediero), sino al modus vivendi: a los modos, usos y costumbres.
Bien, pues clasemediero: proviene del mexicano clase (tipo, calaña, condición y hasta distinción) y mediero (de mitad, entre dos cosas, aplastado y/o sándwich), y hace referencia a la persona de nacionalidad mexicana que se caracteriza por pagar impuestos, tenencia y verificación, entre otras cosas. Vive en ciudad (casa o departamento), rancho o hacienda, gasta el dinero que no tiene en lo que no necesita y su ego ¡puf! Se proyecta en el cielo como la batiseñal, pero generalmente ellos mismos lo pisan con sus propias suelas.
Así es, espero que con la definición anterior tenga usted, mi preciado lector, una idea un poco más clara de lo que es lo que seguramente usted es, un mexicano que mantiene al país y que milagrosamente se mantiene…borracho; porque no sólo los pobrecitos son pisteadores ¿qué haría usted sin sus chelas, sus cubabies, sus tequilitas, sus wiskoles, sus vodka tonic, sus mojitos, sus margaritas, sus bloody mary, su vino tino (también blanco o rosado), su sex on the beach, etc.? ¡Se nos quiebra el país compadre! Si no beben para olvidar (aunque sea un ratito) beben pa´… vaya uste a saber pa´ qué.
Si es de clase media baja, seguro es usted burócrata, tiene un coche que no circula dos días a las semana y come, desayuna y cena la vitamina T completita ¿qué no? Y por eso después se gasta la miseria de su sueldo en adquirir productos milagro mientras canta al ritmo de la música “Adiós a los brazos de tamalero”. También compra películas y ropa pidata, arregla su coche, tiene SKY y un celular bien bien moderno que no se como chin…os pagó.
¡Uy! Y si es clasemediero de media, es decir el de la mera mitad, es el más jodido. Aunque tiene un poco más de posibilidades económicas, más educación y mejores servicios de salud, no le alcanza. Es bien luchador, se parte el alma para llegar a donde quiere llegar, es perseverante, pero no alcanza, ton´s pretende. Así es, usted es el menos original. Es el mestizo de la clase media. Ni es parte de los pobres, ni es parte de los ricos. Reniega de sus raíces, se disfraza ¡Y qué disfraces, mis respetos! Cómo no si va hasta allá hasta los Estados Unidos a comprarlos. Además, como gasta, no se deja chantajear por los infomerciales, pero qué tal lo ponen las rebajas ¿verdad?
“¡Y no sabes güey! El otro día fui a Starbucks y una gata traía el mismo suéter que yo! Por eso ya no compro mi ropa en México (la compro en EUA o Europa)”. Así suena una clase mediera de esas que le tiran ya casi a la high. Si es un individuo de esta clase, perdóneme que se lo diga pero es parecido al clasemediero de media, sólo que usted si puede darse el lujo de presumir, por que sí tiene que presumir. Pareciera que usted no tiene tanto problema, y claro ¿cómo lo va a tener si se “codea” con los más grades capitalistas del país? Pero ni modo, es de la clase media porque comparte características físicas, sociales, geográficas y culturales con los nacos esos que tanto odia. Es el menos culto de los tres y el más carente de empatía y respeto.
Este sector de la población mexicana se caracteriza por ser poseedor de la falsa creencia de que los de su clase son el universo social, el mundo mundial. Luchan por no volver a su origen mexicano y fundirse en la vida norteamericana, aunque claro, siempre marcando la distinción entre ellos y los gringos. Son pasivos, conformistas y dejados. Los manipulan, explotan y abusan, un verdadero esquilmo; pero no se rebelan porque dicho acto- además de impropio- les arrebata el tiempo donador de un poco de lo más preciado para ellos, el dinero.
Así pues, entre ellos mismos se deprecian. Tienen grupos sociales marcados dentro de los cuales incluso convive la reticencia y el devalúo. Son desconfiados, lastres de la historia con un futuro que pinta lóbrego.
¿Y cómo puede salir de este hoyo? Bien, pues fíjese que hay una llavecita que le abrirá el portón que lo sustraerá de esta proterva miseria de la decadencia, el único problema es que hay que sacrificarse un poco (mucho), cosa que seguro no está usted dispuesto a hacer ¿verdad?; pero so lo voy a decir sólo por si a caso se me anima. La receta es: salir de la ignorancia, dejar de lado la tan preciada comodidad que tanto daño le hace y asomarse un poco hacia abajo. Es decir, entender que si el pobre progresa, usted también lo hará.
Si no entiende lo anterior, lo entiendo. La educación de la cual es usted benefactor carece de salvar de la incongruencia y la terquedad. Abra los ojos y se sorprenderá. Su única salvación es usted mismo (ya se que sueno a libro de auto ayuda, pero a veces sólo así entienden). Y ya no escribo más, porque si tecleo todo lo que hay que decir, se me deprime y no respondo.
Lo invito a reflexionar…y a opinar también, sea menos clasemediero.