Babel mexicano: La injusticia ignorante

¡Ahí te va!

   ¿A quien no le gustan unas ricas vacaciones bajo el sol de la playa? Hospedarse en un hotel lujoso rodeado de gente a nuestro servicio siempre es la mejor manera de consentirnos tras meses de arduo trabajo. Acapulco, Cancún y Los Cabos son los mejores destinos…pero ¿qué implica la construcción de estos y otros complejos turísticos?

   Hoy dichos centros vacacionales se levantan sobre tierras antes pertenecientes a diversas comunidades indígenas. Bajo el pretexto de brindarles salud, empleo y educación, los despojan de sus dominios para construir gigantescos hoteles que pasan a manos de empresarios, casi siempre extranjeros.

 “Se denomina indios o indígenas a los descendientes de los habitantes nativos de América - a quienes los descubridores españoles, por creer que habían llegado a las Indias,  llamaron indios-  que conservan algunas características de sus pasados en virtud de las cuales se hallan situados económica y socialmente en un plano de inferioridad…”[1]

Mujer indígena. Fotografía cortesía de envivo.com

   A lo largo de la historia y más específicamente, a partir de la conquista, los indígenas en México han sufrido del ataque, el abuso y el control al verse despojados de sus tierras.  Y en la actualidad dicho fenómeno se repite con tal cotidianeidad que el proceso de desaparición de su cultura pareciera ya haber perdido frenos.

   Actualmente, en Chiapas, el proyecto gubernamental que pretende construir un complejo turístico - similar a los antes mencionados- en las cascadas de Agua Azul, ha generado la división de los indígenas del ejido de Bachajón, provocando múltiples enfrentamientos internos que desmantelan su cultura.

  El problema radica en que dichas acciones rompen con la armonía de la vida indígena. Los indios tienen una concepción comunitaria. Trabajan en conjunto para el conjunto, y producen para el consumo, no para el dinero.

   La familia es la base de su desarrollo económico, reparten tareas: la madre se dedica a la elaboración de los alimentos, la confección de prendas y el control de los gastos; el hombre se dedica al campo, a la caza y a la pesca (según el caso), y los hijos ayudan en todas las labores con dos objetivos, el de educarse  y el de aportar al sustento familiar- por ello los indígenas tienen tantos hijos, mientras más ayuda más producción de bienes. 

  Así pues, unidos mantienen sus costumbres, modos y usos tradicionales, salvaguardando sus raíces. Por ello, al arrebatarles sus tierras se les divide rompiendo con su modus vivendi.

Hombre indígena en protesta.
Fotografía cortesía  de filmwb.com

  Tenemos la costumbre de ver a los indígenas como los otros, diferentes a nosotros. Como indios que no quieren salir de sus pueblos porque prefieren vivir como salvajes, como entes ignorantes que no quieren aprender, flojos. Pensamos que viven con apego a un pasado que en  nada les beneficia, que no saben como sacarle partido a las ganancias, no saben vender, roban y se dejan robar. Los creemos ignorantes por relegar de nuestro sistema, pero los ignorantes somos nosotros por arrinconar el suyo.

  La organización política, social y económica del indígena es muy compleja, por eso nos resulta difícil entenderla y aceptarla, por eso construimos juicios en torno a ellos, y por eso pretendemos introducirlos a nuestro sistema. Los indígenas, aunque poseedores de ciertas carencias, viven gozosos, e incluso me atrevería a decir que más contentos que nosotros, alejados del estrés, los bienes materiales innecesarios, los estatutos sociales, el individualismo y el exceso de trabajo que nos permite pagar esos esporádicos y costosos viajes a la playa.

  Soy de la idea de que los gobiernos son capaces de acoplarse al sistema indígena, para así fomentar la preservación de su cultura ¿cuál es la necesidad de destruirlos? Verse obligados a pertenecer a un sistema completamente ajeno a ellos es lo que genera que en la selva se escuchen tiros, es lo que le da vida a la autogestión y la convierte en la más importante herramienta para combatir los intereses individualistas de unos cuantos gordos con billete. Cito a Don Benito Juárez: el respeto al derecho ajeno es la paz.

  Y los invito a que vean un poco de lo que muchos no quieren ver, esa realidad que nos persigue pero que siempre negamos. Siempre me he preguntado:  ¿Cómo pueden vivir todos tan tranquilos sabiendo que las cosas no están bien? Y puedo responder: porque no saben que tan mal están.

Por la conmemoración del Día Internacional de los Pueblos Indígenas.

Les dejo la siguiente información:

POBLACIÓN INDÍGENA EN MÉXICO:

Se calcula que la población indígena es de aproximadamente 12 millones de personas, manteniendo las costumbres y tradiciones heredadas de sus ancestros. Según datos del Foro Permanente para Cuestiones Indígenas de las Naciones Unidas, hay más de 5,000 pueblos indígenas, que suman 370 millones de personas en el conjunto de la población mundial. De ellos, aproximadamente 50 millones viven en el continente americano, teniendo a México como el país con mayor número de indígenas.

INDÍGENAS COMO ESTORBO A INTERESES COMERCIALES:

Niña zinacanteca de los Altos de Chiapas.
Autor Paloma Oseguera.

Recientemente, el 5 de agosto de 2011, Amnistía Internacional (AI) ha denunciado la “alarmante” violación de los derechos de los indígenas por parte de los gobiernos americanos con la excusa del desarrollo económico, lo que pone en peligro la supervivencia de esos pueblos y expuso los “constantes abusos” que sufren las comunidades nativas de toda América por el crecimiento de las explotaciones agrícolas, petroleras y mineras, así como la construcción de embalses y carreteras en sus tierras e hizo un llamado a los gobiernos americanos para que desarrollen legislaciones que ayuden a “reconocer”, “respetar” y “proteger” los derechos de estos pueblos. Pidieron la protección de los líderes nativos ante la posibilidad de represalias cuando reclaman pacíficamente sus derechos es otra de las peticiones de la organización, señalando que en países como Chile, Ecuador, México y Perú los representantes de esas comunidades son con frecuencia sometidos a procesos penales “desproporcionados” y motivados políticamente. La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos afirmó también que gran parte de los 370 millones de indígenas del mundo han perdido o pueden perder sus tierras y recursos naturales ancestrales debido a la explotación que se lleva a cabo en nombre del desarrollo.

 ABUSOS Y VIOLENCIA CONTRA INDÍGENAS:

El ejemplo más claro del abuso y la violencia contra los pueblos indígenas, es el importante el fallo judicial que considera ilegal la consulta levantada para la construcción de la Presa La Parota, en Guerrero. Los pueblos indígenas, y en particular las mujeres, siguen sufriendo violencia y discriminación en numerosas partes del país, como son los casos de Valentina Rosendo e Inés Fernández. Ambas mujeres indígenas fueron violadas por militares y pese a obtener una sentencia de la Corte Internacional de Derechos Humanos, ésta no se ha cumplido y los responsables siguen libres.

Fuente: http://www.sinembargo.mx/08-08-2011/21475

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[1] Pozas, Ricardo y De Pozas, Isabel H. (1971). Los indios en las clases sociales de México. Siglo XXI Editores, México. pag 11.