19 de mayo de 2011

Buscando Chamba

¡Ahí te va!




A un costado de la Catedral, aspiran encontrar empleo...
  
 Suenan las campanas de la Catedral Metropolitana en el Centro Histórico de la Ciudad de México. En las calles, la gente camina con prisa para realizar sus actividades cotidianas; los turistas pasean mirando la arquitectura de los edificios, con sus mochilas en la espalda y sus cámaras fotográficas colgando del cuello; los policías dirigen el tránsito vehicular y peatonal en medio del caos de la zona central de la capital del país que se prepara para los festejos del Centenario de la Revolución.

Rodeados por ese enérgico ambiente, a un costado del imponente templo católico que está plantado sobre las ruinas de lo que un día fue Tenochtitlán, varios hombres aspiran encontrar empleo. Bajo la cruz, del otro lado de las rejas que delimitan el perímetro de la Catedral, se encuentran sentados en pequeños bancos hechos de tablas de madera, al aguardo de encontrar un trabajo digno.

La mayoría, mayores de cuarenta años y provenientes del Estado de México y de otros lugares de provincia, llegan desde temprano y se instalan. Acomodan sus maletas y mochilas en el piso; sacan sus letreros que dicen: carpintero, plomero, albañil, rotulador, herrero, entre otros; y abren sus paraguas para protegerse del sol durante el resto del día.

No siempre encuentran quien los contarte. Aunque “se puede decir que ya tiene unos cien años esta fuente de trabajo” y la gente ya sabe en donde puede encontrarlos,  “la chamba” es escasa y “ahorita más por la crisis”.

Juan Pérez González y Juan Hipólito, dos hombres desempleados, de edad avanzada, opinaron que los gobernantes no arreglan nada, dijeron: “no sabemos de donde vamos a sacar para salir adelante”.

Ciudad de México. Fotografía cortesía de El Blog de la Abuelita Mochilera.
Algunos, como Antonio Aranda, un hombre de cuarenta años, realizan diariamente un viaje de dos horas para llegar a la plancha de Zócalo capitalino. Este asalariado dice gastar aproximadamente cien pesos en pasajes y comida al día. Esta divorciado porque, según dice: “la mujer se aburre de que no hay dinero”, por lo que el sueldo que llega a ganar lo utiliza para el mismo; claro que cuando tiene la oportunidad de ver a sus hijos, les da un poco del escaso dinero que guarda el los bolsillos de sus jeans.

Roberto de  Jesús, de la misma edad que Antonio, lleva una gorra roja la cual cubre su preocupado semblante de los rayos de sol. Está casado y tiene cuatro hijos a los cuales debe de mantener. Su esposa lo ayuda trabajando dos días a la semana de “doméstica”, pero aún así sigue preocupándose por tener el suficiente dinero para comprar los útiles escolares de sus hijos, con los cuales convive poco debido las largas jornadas que pasa allí sentado.

Según comentan, necesitan de un permiso para estar ahí, el cual les otorga el gobierno del Distrito Federal. Cada vez que se acerca algún policía, ellos deben presentarle una credencial, la cual les otorgan al registrarse como miembros de la Unión de Trabajadores no Asalariados y Oficios Varios del Zócalo. “Somos una organización, somos de confianza”, comentó Antonio, tratando de acabar con la reticencia que la gente les tiene.

Estos hombres comen, si bien les va, dos veces al día. Se cooperan para comprar tacos “de a peso” y comparten un refresco para “pasarse el bocado” ya que si no, no les alcanza para el pasaje. Roberto de Jesús comentó que come en “el desayuno un atolito o un tamal en la calle; y en la cena “lo que aiga, lo que dios nos permita llevar a casa”.

A pesar de que son hombres multiusos, debido a que saben realizar diversos trabajos, aseguran que “la situación esta canija” porque casi no hay empleo. Para ellos, la única forma de sobrevivir es ahorrando: “si ganabas cien pesos, te gastabas cuarenta y guardabas sesenta”.

Son parte de la población mexicana a la que no le alcanza para la canasta básica; pero aún así son persistentes: “Ahoritita pus no hemos agarrado nada en toda la semana…si agarrastes y ya te alivianastes, pus a todo dar, si no, pus a conseguirle”.

Por muchos, son considerados trabajadores independientes porque no tienen ni patrón, ni horario fijo; pero la realidad es que son desempleados por que no tienen ni sueldo, ni trabajo fijo.

9 de mayo de 2011

¡No somos nosotros los que trabajamos para él!



Ahí te va!

Hoy, al leer dos textos: un artículo y un escrito, surgió esta mera opinión en respuesta…

  A lo largo del gobierno de Felipe Calderón, el ejercito ha ocupado las calles de la República Mexicana, principalmente de estados como Morelos, Chihuahua, Tamaulipas, Nuevo León, Morelia, Durango, entre otros ¿y para qué? El presidente lo ha dicho: porque estamos en GUERRA contra el narcotráfico. Ahora bien, se entiende que en una guerra siempre hay victimas ¿no? Pues en esta guerra van más de 40 mil y me parece que es valido exigir que se sosiegue la masacre. 

  El conflicto se puede estar originando por múltiples factores, como el siguiente: el Gobierno Federal ha luchado contra todos los cárteles de la droga en México, excepto el de Sinaloa ¿no te molestaría, a ti lector, que siendo narco se metan contigo y con el otro no? ¡Claro! Y precisamente por eso la masacre. Además de que los narcotraficantes se pelean los unos con los otros; el ejercito “lucha” contra ellos y también colabora con ellos;  los paramilitares van por todos…

  El señor Jorge Fernández Méndez, dice en su columna de el diario Excélsior: <<al hijo de Sicilia lo mataron los criminales, no las fuerzas de seguridad, los que están en guerra contra la ciudadanía son los grupos criminales, no las autoridades>>… yo pregunto ¿quién inició la guerra? ¿por qué los “criminales” agreden al ciudadano inocente? Porque es una forma de decirle al gobierno que le pare, es una amenaza, una advertencia; entonces ¿de quién es la culpa?, o más bien, para no hablar de culpas ¿quién debe resolver el problema?

  Yo estoy más que convencida de que el presidente no puede contra el narcotráfico ¿no estaríamos ya viendo frutos? Más bien, (aunque suene conspiratorio) lo que sucede es que todo está planeado. Estados Unidos nos ha embaucado en esta lucha de acuerdo a sus intereses como nación;  Calderón sólo acata ordenes.

  Y el que lee se preguntará ¿entonces para qué hacer marchas? Yo  respondo: porque tenemos el derecho de exigir y porque tenemos la obligación de participar. No podemos quedarnos sentados viendo lo que sucede, existe lo que se llama participación ciudadana. Probable es, que no lo cambiemos, pero denotamos nuestro enojo, nuestra insatisfacción y nuestro dolor (y con “nuestro”, no me refiero a sentimientos personales, me refiero a sentimientos nacionales).

  Por otra parte, a mi no me molestaría ver, en las boletas de las próximas elecciones, el nombre de Javier Sicilia, ni saber que se postula para gobernante de Morelos; lo que sucede es que dicho suceso nos hablaría de una cambio (esta vez positivo) en la vida política del país. Además, claro que un hombre tiene derecho de postularse como candidato independiente, lo dice la ley.

  Un ciudadano que divulga sus necesidades, sus miedos y que le exige al gobierno, no tiene porque dar soluciones. El elector ya cumplió al preocuparse por su país, por sus conciudadanos y por su familia, al levantarse y gritar. Es ahora el turno del gobernante realizar su trabajo: escuchar al pueblo, y él, proponer soluciones y satisfacer las necesidades y las demandas de los ciudadanos. Si no somos nosotros los que trabajamos para el ¿o sí?

 Yo, personalmente, no creo que la guerra sea la mejor arma para combatir (no acabar, porque eso es imposible), al narcotráfico. La solución que yo encuentro, es atacar por medio de la educación y el desarrollo del trabajo…pero el problema tiene, no nombre, sino nombres: Elba Esther Gordillo, Javier Lozano y Felipe Calderón (además, claro de Estados Unidos).

Textos a los que se responde:
http://igamba.tumblr.com/post/5242949566/carta-a-javier-siscilia 
http://excelsior.com.mx/index.php?m=nota&id_nota=735310


8 de mayo de 2011

¡Ya gritamos!

¡Ahí te va!


Marcha Nacional por la Paz.

  Al ver pasar a una multitud de gente que llenaba la calle de un extremo a otro, un niño le preguntó a su madre: “¿qué hacen todas estas personas mami?”, “pidiendo paz”, le respondió su madre. A pesar de la respuesta, tal vez el niño quedó confundido y se preguntó a si mismo “¿y por qué pedir paz?”

Hombres exigiendo paz, Ciudad de Mexico. Autor Paloma Oseguera.
  Muchos de nosotros nos hacemos la misma pregunta ¿por qué pedir paz si no hay solución, si el gobierno nos da y nos dará la espalda continuando con sus infaustas acciones? Lo mismo pensé yo. En los últimos meses he sido víctima de la apatía originada por la confusión y el pesimismo, la vida política de mi país pasó a segundo plano; y es que pareciera que no hay solución…a nada.

  Pero es imposible dejar de ver, dejar de sentir frustración y enojo. Yo me pregunto: ¿cómo hacen muchos (me atrevo a decir que la mayoría) para vivir tranquilos, con los ojos cerrados? Hoy me fue prácticamente imposible sólo sentarme a ver lo que sucedía.

Ciudad Universitaria, Distrito Federal.
Autor Paloma Oseguera.
   A las 8:30 de la mañana de hoy, Ciudad Universitaria vio al movimiento, liderado por el poeta Javier Sicilia, retomar su rumbo hacia la plancha del Zócalo capitalino. La vendimia, típica en México, se hizo presente rápidamente; la gente comparaba  playeras con la leyenda “No + Sangre” y sombreros “de a diez pesitos” para cubrirse del sol durante el largo recorrido que iniciaba con apenas quinientos mexicanos cansados de la violencia.

   Al seguir la ruta planeada: de CU a Avenida Universidad, dando vuelta en Río Churubusco hasta llegar a División del Norte, para incorporarse a Eje Central y posteriormente llegar a la Plaza de la Constitución, entrando por la calle 5 de Mayo; la gente fue anexándose a la marcha. Los vecinos que abrazaron al movimiento, en las calles de múltiples colonias de la ciudad, observaban, apoyaban y opinaban conforme veían pasar a la multitud. “Ya no voten por el PAN”, les gritó a los pasantes una señora desde el balcón de su casa.

Vecina de la delegación Coyoacán apoyando la
Marcha Nacional. Autor Paloma Oseguera.
Estudiantes marchando contra la violencia,
 Ciudad de México. Autor Paloma Oseguera.
   Pancartas chicas, grandes, hechas a mano e impresas; divulgaban las exigencias de los mexicanos que gastaban las suelas de sus zapatos a cada paso. “Estamos hasta la madre de la corrupción, ejecuciones, desempleo, ineficiencia y su narco política estúpida guarra”. Además, a pesar de que la marcha fue “silenciosa”, se alcanzaron a escuchar gritos provenientes  de las gargantas de algunos estudiantes que exigían: “queremos escuelas, queremos trabajo, queremos hospitales, no queremos militares”.
   
  La imagen de la Virgen María y la bandera gay no pudieron faltar. Los asistentes a la marcha hicieron uso de su creatividad y se colocaron ene cantidad de indumentarias que evidenciaban su cólera y su desgracia. Mantas, banderas, flores, bebes, ancianos, incapacitados…todos caminaron rodeados (en algunos tramos) por las pestilencias de la ciudad, inundados por un silencio que en ocasiones era violado por los murmullos y el sonido de los celulares. 

   Al final del recorrido,  frente a más de 60 mil personas, Sicilia pidió la renuncia del Secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna. Durante su disertación, lamentó la muerte de tantas personas y expresó su sufrimiento.


Javier Sicilia con la  Marcha Nacional, rumbo al
Centro HistóricoAutor Paloma Oseguera.






Yo pienso ¿No es de cierta forma nuestra culpa? ¿Por qué no hicimos nada antes? Cinco años han pasado ya, 40 mil muertos  son la consecuencia de nuestro silencio.


  Pedir justicia se ha convertido en una patética tradición para los mexicanos,  dice el periodista Álvaro Cueva en su columna de Milenio; y hay quienes dicen que el movimiento tiene tintes políticos ¿será? Puede ser que sí, no lo dudaría…pero pregunto ¿eso es malo?

  Es muy probable que nuestros gritos se pierdan en el aire ¡Pero ya gritamos! Y eso es lo importante. Aunque personalmente no hayamos sido víctimas de la violencia generada por la guerra contra el narcotráfico, nos compete. Seamos solidarios con los demás y con nosotros mismos, porque México, hoy, es rojo.

Marcha Nacional rumbo al Zócalo sobre Av. Universidad. Autor Paloma Oseguera.




Hombre protestando en la Marcha Nacional.
Autor Paloma Oseguera.
Hombre protestando en la Marcha Nacional.
Autor Paloma Oseguera.








¡Los invito a reflexionar!


Les dejo este link, un video de youtube MUY BUENO: http://www.youtube.com/watch?v=jgdF80Nm3G8